Es un sendero de naturaleza aérea, corriendo a la aventura de aquí para allá, siempre ejerciendo presión y tendiendo a bajar. El Arcano del tarot que le corresponde es el 0, El Loco, expresa claramente esta idea de movilidad y actividad sin propósito fijo o meta. La carta muestra a una persona vestida como un bufón, sosteniendo un bastón sobre su espalda del que cuelga un fardo. Delante de él se abre un precipicio, mientras un perrito faldero ladra a sus pies detrás de él. En su túnica está el dibujo que simboliza el Espíritu. “Spiritus” es la palabra latina que significa Aire o respiración. Son los primeros torbellinos (simbolizados por la swástica ) actuando a través del Aire (la puesta en movimiento) sobre la rueda del zodiaco que es la Sephirah de Chokmah. Es el primer impulso desde Kether a Chokmah pero solo hasta ahí porque carece de dirección, esta directriz o limitación de la fuerza primordial aparece recién con Binah, la tercera emanación, el loco es una carta de suma benignidad para asuntos espirituales pero muy negativa en cuestiones materiales ya que carece por completo de concreción y su esencia es la de la variación y el movimiento.
El numero 0 es el numero de la potencialidad del todo, simboliza el origen de todas las cosas como el ovulo potencial del universo y también la nada a la cual retornan indefectiblemente todas aquellas cosas que han sido puestas hacia la existencia positiva. El loco es también arquetípica y mitológicamente aquel héroe que siendo el tonto, el rechazado de la sociedad emprende el viaje iniciático del cual retornara nuevamente cambiado, transformado y lleno de dones para la humanidad. Es el retiro del mundo y de sus vanidades para emprender la búsqueda de la aventura, que es lanzarse a lo desconocido ya que en el proceso de la aventura como en el proceso iniciático es imposible de preveer lo que nos deparara el futuro, esta acción es vista por el profano como “locura” e ingenuidad, pero se requiere de un arrebato de gran valor para poner nuestros destinos en nuestras propias manos y entregar la guía de nuestras manos al Señor de Universo, aquel que esta mas allá de los velos de lo que nuestra conciencia o nuestra mente puede captar.
El nombre esotérico de la carta es: “El Espiritu del Eter” este título nos sugiere la idea de la esencia misma de la esencia, aquel aspecto más sutil del ser, nuestro Genio Superior, aquel Genio del cual debemos ir aprendiendo paulatinamente a distinguir su vos para dejarnos guiar.
Mitológicamente la carta esta relacionada con todos aquellos dioses niños nacidos en circunstancias sobrenaturales, es decir que su madre y su padre no han sido mortales comunes y corriente o bien uno de los dos posee cierto atributo de la divinidad, algunos de ellos son: Dionisos, Horus, Harpocrates; estos dioses están íntimamente relacionados con el despertar espiritual, con el silencio (que es otro de los conceptos asociados a su ves a lo inmanifiesto e incognoscible), es por esto que en algunos mazos muy especiales la figura central de la carta es un niño.
